miércoles, 21 de noviembre de 2007

Las razones detrás

Hace tiempo quería escribir este post sobre las razones que en mi caso me llevaron a la anorexia. No lo había hecho por falta de tiempo, pero también porque no es algo sencillo de escribir.

Primero, soy la primogénita, y mi padre, como buen macho mexicano, siempre quiso que su primer hijo fuera varón. Desde ahí, durante toda mi infancia, no importando lo que hiciera, nunca lograba darle gusto del todo. Nunca mis esfuerzos eran suficientes para satisfacerlo, y eso me dejó el miedo indeleble a nunca ser suficientemente buena, lista o perfecta. Aunque mi padre murió cuando yo tenía once años la marca de nunca haber sido lo que esperaba quedó en mí.

Luego, el hecho de que la familia de mi madre es muy católica, y dentro de la tradición del catolicismo hay una tendencia al ascetismo, el autosacrificio y la privación que en mí es bastante grande.

Eso, sumado al hecho de que siempre sentí que mi cuerpo físico era la parte más débil de mi "yo" lo explica casi todo.

Supongo que además, sería importante decir que siempre he sido muy perfeccionista, con una gran tendencia tratar de satisfacer a los demás. Y en la anorexia encontré una forma de decir "basta" cuando no me permitía decirlo de ninguna otra forma.
Isaí Moreno
La soledad es de piedra


Respondiendo también al comentario de Oveja rosa, me pregunto, ¿qué de eso sigue presente en mí? La terapia me ayudó mucho sobre todo con la primera parte, con lo de mi padre. Eso era algo que no tenía claro antes de estar en tratamiento. Ahora, a veces sigo escuchando la voz que me dice "no es suficiente", pero simplemente trato de hacer lo mejor y comprender que, como todos, tengo mis imposibles y mis límites.

Sobre el cuerpo me ha ayudado mucho aprender a bailar, tomar clases de yoga, y claro, tener buen sexo. Para mí esas tres serían las mejores formas de poner en comunión a mi cuerpo con el resto de mí.

Perfeccionista sigo siendo, pero la terapia también me ayudó a perdonarme más, a trazar límites a mis autoexigencias. Y aprender a decir "no puedo" ha sido un largo proceso en mi vida, que supongo sigue en camino.

Por eso como decía, quizá no existe la recuperación completa, pero sí una mejora significativa. Y después de todo, lo bueno de estar tan mal es que puedes después apreciar las cosas que valen la pena de la existencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya.. nunca crei toparme con una pagina así. Que describiera bien algunas cosas como yo tambien las llegue a sentir. Ultimamente he estado en soledad.. y sucumbi un poco a lo viejo... y por momentos tener el pensamiento de.. "no es que ya estaba mejor?" pero es cierto lo que dices de que puede queno haya uan recuperacion total.. pero si una mejoria.

Saludos! y buen blog!

LiLiTh (NeFeSh) dijo...

Hola, creo que a veces lo más difícil de la recuperación es justo eso, sobreponernos al hecho de que en ocasiones caemos "en lo mismo". Finalmente los trastornos de la alimentación son una conducta muy arraigada (más cuando los has padecido por muchos años) y son la forma en que muchas personas respondemos a la ansiedad o las dificultades, así que cuesta trabajo desprendernos de ellos porque son como nuestro "salvavidas". Pero poco a poco es más sencillo, ánimo.

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