La muerte es la felicidad más grande de la vida, tal vez la única. Sin la esperanza de un fin, la existencia sería insoportable.Ellen West
Ellen West fue uno de los casos más famosos del psiquiatra Ludwing Binswanger, creador del análisis existencial. Su caso se publicó en 1944, luego de que se suicidara envenenándose a los treinta y tres años. Su diario y su poesía contienen detalles de sus emociones y estado psicólogo, fragmentos de ellos fueron usados por Binswanger para ilustrar la existencia psicótica.
Zdena, Jan Saudek
A los dieciocho años, Ellen dice que "la melancolía se extiende sobre su vida como un pájaro negro que está en la emboscada"; a los veintiún años, considera que "la muerte es la felicidad más grande de la vida, tal vez la única. Sin la esperanza de un fin, la existencia sería insoportable. Sólo la certeza que el fin, antes o después debe llegar me consuela un poco". Con la muerte voluntaria se configura el cumplimiento de su vida. En su suicidio y en su destino marcado por una experiencia psicótica tan radical, Binswanger capta la expresión última y significativa de su vida.
Todo suicidio referencia al tiempo, al tiempo que ha perdido la esperanza y a la tentativa desesperada de arrancarle al futuro su secreto y su imprevisibilidad. Cuando el advenir se hace evanescente y lábil, y el pasado no es sino la repetición de un sufrimiento sin fin, el suicidio deviene la posibilidad más radical. Entre el advenir como imposibilidad y el advenir ya consumado y descifrado, la muerte voluntaria traduce la expresión última y radical de una de un tiempo clausurado.
Ellen busca trascender para ser, pero como un ser sin cuerpo, y en ese intento de ser "allende el mundo" sólo logra una vuelta a la nada. Su muerte es ese llévame de vuelta, "créame una vez más pero créame mejor de lo que soy ahora", para no sentirse vacía, abandonada, rota, cáscara inútil. En su existencia segada por la muerte voluntaria, se vislumbra finalmente la nostalgia desesperada de una patria perdida y deseada.
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