La semana pasada fui con la nutrióloga y hubo buenas noticias: ya sólo me falta un kilo para alcanzar mi peso meta. Es decir, estoy a un quilo de distancia de el alta. Pero, ¿qué significa realmente eso? ¿Que estoy curada? Creo que uno no se cura nunca del todo, que esto es como un demonio que permanece agazapado en algún lugar de tu mente, esperando el momento para lanzársete al cuello. Por eso hay que estar alerta todo el tiempo, para no caer en el círculo vicioso de depresión-no comer-depresión que a la larga resulta mortal.
Y, ¿cómo me siento con todo esto? Por un lado, aunque a mí nunca me ha obsesionado mucho el peso, la verdad es que a veces quisiera sentirme y verme más frágil, como cuando pesaba menos. Pero la realidad es que, distorsiones aparte, me veo casi igual que siempre y me queda la misma ropa. Sólo que la cara se me ve un poco menos esquelética, lo cual está bien.
Y, ¿cómo me siento con todo esto? Por un lado, aunque a mí nunca me ha obsesionado mucho el peso, la verdad es que a veces quisiera sentirme y verme más frágil, como cuando pesaba menos. Pero la realidad es que, distorsiones aparte, me veo casi igual que siempre y me queda la misma ropa. Sólo que la cara se me ve un poco menos esquelética, lo cual está bien.
Como lo aprendí hace tiempo, el truco es que cuando uno empieza a preocuparse de más por el peso debe preguntarse: ¿qué está pasando en mi vida, me siento a gusto con lo que estoy haciendo, qué es lo que me gustaría cambiar, qué es lo que siento que no puedo controlar? Normalmente responder esas preguntas ilumina mucho más que obsesionarse con la báscula y el espejo.
La anorexia en la mayoría de los casos es una forma grotesca de recuperar el control sobre nuestras vidas al intentar controlar nuestro peso.
Bueno, pues deseénme suerte en la próxima visita, esperemos que al fin alcance mi peso.
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